Constitución internacional
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Creada a raíz de la revuelta social de octubre de 2019, la Convención ha elaborado un proyecto de nueva Constitución[1] que incorpora profundos cambios institucionales y sistémicos, respecto a lo establecido en la Constitución vigente, promulgada durante el Régimen del General Pinochet en la década de 1980. El nuevo proyecto contiene 499 artículos permanentes[2], por el momento, todos acordados por, al menos, 2/3 de la Convención[3], lo que lo convierte en uno de los experimentos constitucionales más extensos y detallados a nivel mundial, y que ahora entra en el proceso de revisión final.
“El proceso constitucional chileno es un intento moderno de abordar algunas de las cuestiones de ESG que se están debatiendo actualmente a nivel mundial. Sin embargo, aún queda por definir la aprobación del texto, así como la forma en que se adaptarán las leyes y reglamentos locales para asegurar su aplicación en la práctica.” – Lee Bacon (Socio de Clyde & Co.)
En cuanto a su proceso de revisión final, del 16 de mayo de 2022 al 17 de junio de 2022[21], a más tardar, funcionarán tres comisiones especializadas, dentro del propio Convenio, principalmente para garantizar la coherencia global y la aplicabilidad del texto: la Comisión de Preámbulo, la Comisión de Normas Transitorias y la Comisión de Armonización. Mientras que la Comisión de Preámbulo se encargará de redactar la introducción del anteproyecto[22], la Comisión de Artículos Transitorios tratará de definir las disposiciones transitorias que regularán la transición entre la actual Constitución y el establecimiento completo de la nueva[23].
Constitucionalista
Chilenos que apoyaron el proyecto de Constitución se manifestaron en Santiago al día siguiente de su rechazo por los votantes. Exigen que se inicie un nuevo proceso para crear una carta magna mejor para su nación.Credit: Javier Torres/AFP via Getty
Ya están los votos, y muchos científicos están decepcionados. El 4 de septiembre, los chilenos votaron en contra del proyecto de nueva Constitución para su país. El proyecto, elaborado durante un año por una asamblea ciudadana, presentaba la ciencia como una herramienta para mejorar la sociedad. También hacía hincapié en las acciones contra el cambio climático y en el apoyo a la investigación en todo Chile, en lugar de sólo en las instituciones de la capital. “Me siento muy perdida”, dice Andrea Vera Gajardo, matemática de la Universidad de Valparaíso que se ofreció como voluntaria como observadora electoral. “No entiendo la elección que hizo Chile”.
Y, sin embargo, los chilenos votaron en contra del proyecto. Las encuestas preliminares sugieren que algunos lo hicieron porque pensaban que los cambios traerían inestabilidad a la nación. Otros consideraron que la asamblea constituyente que redactó el documento -formada en su mayoría por ciudadanos como científicos, estudiantes y artistas, incluidos representantes de grupos indígenas- estaba viciada. Una encuesta realizada en agosto por la empresa de estudios de mercado Ipsos, con sede en París, sugiere que la gente aceptaría mejor un documento elaborado por expertos en derecho constitucional, con la única ayuda de los ciudadanos. Muchos más estaban en desacuerdo con algunos de los artículos propuestos, como los que habrían protegido los derechos reproductivos, dado autonomía a al menos 11 grupos de pueblos indígenas de la nación o eliminado el Senado. “Cualquiera de los 388 artículos que no te gustaban eran 388 oportunidades para rechazar” la nueva Constitución, afirma Andrea Peroni, historiadora e investigadora de políticas públicas de la Universidad de Chile en Santiago.Los chilenos siguen queriendo cambiosFelipe Paredes, bioquímico chileno de la Universidad Emory de Atlanta, Georgia, fue uno de los millones de personas a las que no les gustó el documento propuesto. Estaba de acuerdo con algunas de sus partes, como la forma en que priorizaba los derechos sociales y humanos, pero también sentía que faltaban cosas.
Constitución de chile de 1980
El 4 de septiembre, los chilenos votarán si adoptan una nueva Constitución (texto oficial; las referencias de este post se basan en la traducción de Progressive International). Se trata de una elección muy disputada. Los sondeos muestran que el voto por el sí va a la zaga por aproximadamente un 10% de puntos, pero con más de un 15% de votantes aún indecisos, a fecha de la semana pasada.
El debate sobre el nuevo texto se ha centrado en cuestiones de equilibrio de poderes, autonomía de los pueblos indígenas y participación del sector privado en la seguridad social, la sanidad y la educación. Pero una de las características más innovadoras del texto no está recibiendo suficiente atención: su profundo compromiso con el ecologismo, y con el cambio climático en particular. La preocupación por la forma en que los seres humanos interactúan con el mundo natural impregna el texto. Se expresa en disposiciones que van desde lo poético y aspiracional hasta mandatos concretos para la creación de nuevos mecanismos de gobernanza centrados en el medio ambiente. En caso de que gane la Constitución, Chile pasaría de tener una de las constituciones más neoliberales del mundo a tener una de las más progresistas desde el punto de vista medioambiental. Aunque los votantes rechacen el proyecto este domingo, es probable que sus disposiciones medioambientales marquen la pauta para posteriores proyectos constitucionales en Chile y en otros países.
Texto del proyecto de Constitución de Chile
Elisa Loncon (delante a la izquierda), activista mapuche y ex presidenta de la Convención Constitucional chilena, asiste a la ceremonia de presentación del borrador de la nueva Constitución al presidente chileno, Gabriel Boric, el 4 de julio.
La Constitución de 1980 contribuyó a que Chile fuera más favorable a las empresas privadas, pero durante mucho tiempo se le ha culpado de perpetuar la desigualdad en el país. En un discurso pronunciado en la ceremonia, el Vicepresidente de la Asamblea, Gaspar Domínguez, afirmó que el proceso democrático de redacción del nuevo documento -en el que sus autores fueron elegidos en unas elecciones nacionales- se basa en el entendimiento de que amar a la patria “significa amar y respetar a las personas que la componen”.
Los discursos pronunciados en el acto dieron el pistoletazo de salida oficial a dos meses de debate sobre si aprobar o rechazar la nueva Constitución propuesta en un referéndum el 4 de septiembre. Sin embargo, incluso antes de esta semana, algunos chilenos de alto nivel expresaron su opinión sobre el borrador. La ex presidenta de centro-izquierda Michelle Bachelet dijo en mayo que esperaba que se aprobara, mientras que los grupos de derecha -liderados por figuras como el candidato presidencial de 2021 José Antonio Kast, que perdió contra Boric en una segunda vuelta- llevan meses haciendo campaña para que se rechace, como los politólogos Jennifer M. Piscopo y Peter M. Siavelis comentaron en Foreign Policy en mayo.
