Producción ecológica de hidrógeno
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HIDRÓGENO VERDE: LA ENERGÍA DEL FUTURO ESENCIAL PARA LA DESCARBONIZACIÓN El hidrógeno verde puede convertirse en una herramienta inigualable para sustituir a los combustibles fósiles en aquellos sectores más difíciles de descarbonizar, contribuyendo así a la lucha contra el cambio climático.
El hidrógeno es el elemento químico más abundante del planeta; está presente en el 75 % de la materia. Sin embargo, nunca lo encontramos solo, sino en compañía de otros elementos químicos como el oxígeno formando agua o el carbono formando compuestos orgánicos.
La humanidad lo ha utilizado durante mucho tiempo como materia prima en la industria química o la metalurgia y como combustible, pero como no puede tomarlo directamente de la naturaleza en estado puro, necesita “fabricarlo”. Y es el propio método que utilizamos para obtener hidrógeno el que determina si ese hidrógeno es un combustible limpio y sostenible o no.
Cuando hablamos de hidrógeno verde, nos referimos a hidrógeno que se ha obtenido sin generar emisiones contaminantes, es decir, hidrógeno sostenible. Un combustible que ya se presenta como el vector energético clave para lograr la descarbonización global y cumplir con los compromisos adquiridos para 2050 en la lucha contra el cambio climático.
Hidrógeno verde Egipto
El consumo mundial de energía crecerá un 50% de aquí a 2050; en los países en desarrollo y las economías emergentes aumentará hasta un 70%. Esto significa que el hidrógeno verde es absolutamente esencial para el éxito de la transición energética y para alcanzar los objetivos climáticos internacionales. Puede utilizarse, entre otras cosas, para producir combustibles neutros para el clima. Son los llamados productos Power-to-X (PtX). El hidrógeno verde también puede utilizarse para almacenar energía. Esto convierte al hidrógeno verde en un producto clave para el éxito de la transición energética.
Mediante un procedimiento conocido como electrólisis, la electricidad generada de forma sostenible se utiliza para descomponer el agua en oxígeno e hidrógeno. Añadiendo dióxido de carbono (CO2) del aire, el hidrógeno puede convertirse en combustible líquido sintético (power-to-liquid) o en gas combustible (power-to-gas). El hidrógeno verde y los derivados del PtX pueden contribuir decisivamente a reducir las emisiones de carbono de sectores en los que la electrificación sería muy difícil, como la aviación y el transporte marítimo. La tecnología también puede aplicarse en otros sectores con emisiones intensivas, como la siderurgia y la industria química.
Empresas ecológicas de hidrógeno
Descarbonizar el planeta es uno de los objetivos que los países de todo el mundo se han marcado para 2050. Para lograrlo, descarbonizar la producción de un elemento como el hidrógeno, dando lugar al hidrógeno verde, es una de las claves, ya que actualmente es responsable de más del 2 % del total de las emisiones globales de CO2. Descubra cómo se consigue y cuál será su impacto en las próximas décadas.
El hidrógeno es el elemento químico más abundante en la naturaleza. Como señala la AIE, la demanda mundial de hidrógeno para su uso como combustible se ha triplicado desde 1975 y alcanzó los 70 millones de toneladas anuales en 2018. Además, el hidrógeno verde es una fuente de energía limpia que solo emite vapor de agua y no deja residuos en el aire, a diferencia del carbón y el petróleo.
El hidrógeno tiene una larga relación con la industria. Este gas se ha utilizado para alimentar coches, dirigibles y naves espaciales desde principios del siglo XIX. La descarbonización de la economía mundial, un proceso inaplazable, dará más protagonismo al hidrógeno. Además, si sus costes de producción disminuyen un 50 % de aquí a 2030, como prevé el Consejo Mundial del Hidrógeno, estaremos sin duda ante uno de los combustibles del futuro.
Proyecto de hidrógeno verde
Producido mediante electricidad generada de forma renovable que divide las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno, el hidrógeno verde es muy prometedor para ayudar a satisfacer la demanda mundial de energía y contribuir al mismo tiempo a los objetivos de acción por el clima.
La demanda de hidrógeno alcanzó una cifra estimada de 87 millones de toneladas métricas (MT) en 2020, y se espera que crezca hasta 500-680 millones de MT en 2050. Entre 2020 y 2021, el mercado de producción de hidrógeno se valoró en 130.000 millones de dólares y se estima que crecerá hasta un 9,2% anual hasta 2030. Pero hay una trampa: más del 95% de la producción actual de hidrógeno se basa en combustibles fósiles, muy poco de ello es “verde”. En la actualidad, el 6% del gas natural y el 2% del carbón mundiales se destinan a la producción de hidrógeno.
Sin embargo, las tecnologías ecológicas de producción de hidrógeno están suscitando un renovado interés. Esto se debe a que los posibles usos del hidrógeno se están extendiendo a múltiples sectores, como la generación de energía, los procesos de fabricación en industrias como la siderurgia y la producción de cemento, las pilas de combustible para vehículos eléctricos, el transporte pesado como el marítimo, la producción ecológica de amoníaco para fertilizantes, productos de limpieza, refrigeración y estabilización de la red eléctrica.