Chile se consolida como un destino estratégico para la inversión en el sector de la construcción, atrayendo a empresas globales gracias a un ambiente de negocios de probada fiabilidad y un firme compromiso con la innovación y la sostenibilidad.
El mercado actual se caracteriza por una evolución hacia proyectos de mayor valor agregado, que combinan el atractivo para la inversión internacional con un enfoque en la calidad y la visión de largo plazo.
Los pilares del atractivo chileno
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La reputación de Chile como un puerto seguro para las inversiones en América Latina se fundamenta en indicadores robustos. El país ostenta una sólida clasificación en importantes mediciones globales, como el Índice de Percepción de la Corrupción y el Índice de Libertad Económica, factores que refuerzan la confianza de los inversionistas.
Esa confianza se traduce en cifras elocuentes. En 2024, Chile registró un flujo neto de Inversión Extranjera Directa (IED) de US$ 15.300 millones. Este volumen se posiciona como el tercero más significativo de la última década y tiene en la reinversión de utilidades su principal componente, una clara señal de la apuesta a largo plazo que realizan las empresas ya establecidas en el país.
La infraestructura chilena es otro pilar fundamental. Un estudio de Ipsos de 2023 reveló que Chile posee un nivel de satisfacción ciudadana del 49% con su infraestructura general, el segundo mejor índice de América Latina y superior al promedio global, demostrando la madurez y calidad de sus bases para el crecimiento.
Sostenibilidad e innovación como vectores de crecimiento
En el escenario actual, Chile apuesta por la modernización y la sostenibilidad como los grandes impulsores del futuro. El país avanza en la implementación de su Agenda 2030 con iniciativas como la “Hoja de Ruta BIM”, que busca digitalizar el sector a través del Building Information Modeling, y la promoción de la economía circular para optimizar recursos y procesos.
Tendencias como la construcción industrializada, el foco en la eficiencia energética y el diseño adaptado a la resiliencia climática ganan cada vez más espacio. Proyectos que ostentan certificaciones internacionales de sostenibilidad, como LEED, se vuelven un estándar en el segmento de alto valor, alineando el mercado local con las más altas exigencias globales.
Este movimiento evidencia un sector que responde a los ciclos económicos con un fuerte impulso hacia la innovación y la eficiencia.
Distrito Paulista como un referente de sinergia y calidad internacional
La colaboración entre talentos locales e internacionales es una de las marcas del dinamismo del mercado. El proyecto Distrito Paulista, en Santiago, es un ejemplo primoroso de esta sinergia. Desarrollado por la constructora Plaenge, el proyecto une la reconocida excelencia del diseño y la arquitectura brasileños con la pericia de destacados profesionales chilenos.
Más que una disrupción tecnológica, el proyecto se destaca por la aplicación de las mejores prácticas de sostenibilidad y modernidad, enfocadas en el confort y el bienestar.
Características como el paisajismo de bajo consumo hídrico con especies nativas, el uso de ventanas termopanel para un excepcional aislamiento térmico y acústico, y la incorporación de comodidades como cerraduras inteligentes, reflejan las tendencias que definen el mercado residencial de alto estándar. Cada detalle está pensado para construir un espacio de vida elegante y duradero.
Perspectivas y el camino a seguir
Las perspectivas para el sector de la construcción son de crecimiento sólido. Proyecciones de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) apuntan a una recuperación con una expansión del 4% para 2025, impulsada por la estabilización económica y políticas de incentivo.
Chile se consolida, así, como un mercado maduro y abierto que responde a los nuevos contextos con un fuerte impulso hacia la sofisticación. Para las empresas internacionales, el éxito reside en la capacidad de aportar valor a un sector resiliente y en constante modernización, aprovechando las oportunidades para desarrollar proyectos que se convertirán en un legado de calidad y buen gusto.